México es el centro de origen y diversificación del maíz, es el cuarto productor mundial de ese grano, que se siembra en el 77 por ciento del territorio nacional. Como otros cultivos, se verá afectado por el cambio climático, cuyo impacto será diferente en las 59 razas que aquí se cultivan (que van de nativas a híbridas) y dependerá de su distribución, entre otros factores.
En general, las que tienen distribuciones más extendidas serán las menos afectadas, quizá como resultado de su adaptación a diferentes ambientes. En cambio, las modificaciones del clima reducirán las áreas de distribución potencial y las de mayor rendimiento, señaló Carolina Ureta Sánchez, quien realiza una estancia posdoctoral en el Instituto de Ecología (IE) de la UNAM.
Según un estudio de la universitaria, se estima que los maíces que se ubican en los sitios del país con más riqueza de razas (en Chiapas, Oaxaca y Jalisco) serán los menos vulnerables al cambio climático.
En un seminario realizado en el auditorio del Jardín Botánico del Instituto de Biología (IB) de esta casa de estudios, dijo que los efectos más negativos ocurrirán hacia el año 2050 y solamente tres razas se verán favorecidas al crecer en condiciones más cálidas.
Adscrita al Laboratorio de Genética molecular, desarrollo y evolución de plantas, que dirige Elena Álvarez-Buylla Roces, Ureta Sánchez realiza un estudio profundo del tema, considerando múltiples variables climáticas y el tipo de semilla, altitud, humedad y temperatura de cada siembra, así como la diferenciación de los cultivos de riego y de temporal.
MAPAS Y MINERÍA DE DATOS
Con una gran cantidad de datos obtenidos en campo, la científica y sus colegas utilizaron minería de datos y algoritmos para desarrollar nueve mapas con diversos escenarios de cambio climático, los cuales indican cómo sería el clima en 2030 y 2050 y qué ocurriría con el maíz.
Los mapas se refieren a todo el país y se basan en 24 modelos regionalizados, elaborados por el Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM. La información para modelar se completó con bases de datos de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
“El clima futuro podría abrir nuevas áreas para la distribución del maíz mexicano, por eso es importante conservar todas las zonas maiceras, no solamente las más ricas”, consideró Ureta.
Propuso atender a las razas más vulnerables y a las que portan genes de resistencia al estrés hídrico y térmico, pues es fundamental conservar su biodiversidad. “Queremos alcanzar la autosuficiencia alimentaria y, al mismo tiempo, conservar la agrobiodiversidad”.
En las conclusiones de su estudio, consideró que hay suficiente diversidad de maíz en nuestro territorio para amortiguar los impactos del cambio climático, un fenómeno global que ya está en marcha